La Internacional

jueves, 10 de mayo de 2012

TEBA MÁRTIR DEL TERROR FASCISTA

La Historia de España, la que nos ha tocado padecer en este desdichado país, está llena de páginas crueles, a veces terribles, siempre fruto de la explotación brutal que sobre los trabajadores han ejercido unas clases dominantes que nunca rompieron con las formas y modos del Antiguo Régimen, porque en España nunca se hizo de forma plena una revolución burguesa. Durante la Guerra Civil, los grandes terratenientes, la oligarquía financiera y la gran burguesía hicieron una Santa Alianza con sus más fieles servidores, la Iglesia Católica española, la más reaccionaria de la cristiandad y con la casta militar fracasada en la defensa de los restos coloniales, entonces empeñada en lavar en Marruecos su histórico fracaso. El objetivo de esa alianza no era otro que aplastar a la República española empeñada en la modernización del país y en mejorar la penosa situación de la inmensa mayoría de la población española. Los crímenes de esa Cruzada bendecida por la Iglesia fueron terribles y se extendieron por toda la geografía española. En la ciudad de Málaga contamos con la fosa común más importante abierta hasta la fecha en España en la que están enterrados la mayor parte de los más de 4.500 fusilados de la ciudad. La represión criminal se extendió por toda la provincia. El pueblo de Teba, que hoy cuenta con algo más de cuatro mil habitantes, vivió uno de esos terribles capítulos de la represión derechista, con el fusilamiento de al menos 125 de sus habitantes.
Las tropas franquistas tomaron el pueblo entre los días 12 y 14 de septiembre de 1936. Muchos tebeños huyeron buscando las líneas del frente republicano establecido entre las localidades vecinas de Peñarrubia y Ardales, en la dirección de Casarabonela, es lo que en el pueblo se conoce como la noche de las huidas, otras muchas personas que no quisieron irse porque pensaban que no tenían por qué temer, lo pagaron caro al caer sobre ellas la represión en forma de condenas de prisión y en fusilamientos. Los que habían escapado de Teba, se refugiaron en Casarabonela y en cortijos cercanos, pero cuando, en los primeros días de febrero de 1937, el frente republicano estaba a punto de caer fruto de la ofensiva franquista hacia la capital malagueña, la mayor parte de los tebeños refugiados en el pueblo vecino al suyo, tomaron la decisión de dirigirse a Málaga, pero en su viaje a la ciudad, el 6 de febrero fueron interceptados en Campanillas por las tropas franquistas que avanzaban hacia la capital. Esas tropas, como hacían habitualmente, les indicaron que se dirigieran a su pueblo, asegurándoles que nada tenían que temer. Casi todos lo creyeron y regresaron a sus casas. Llegaron a la entrada de Teba entre los días 7 y 10 de febrero, siendo detenidos casi todos los hombres y varias mujeres por los regidores del pueblo, encerrándolos en improvisadas cárceles. En la noche del 23 de febrero sacaron de donde los tenían presos a 81 hombres y tres mujeres –una de ellas embarazada-, y los fusilaron. La conmoción en la población fue muy grande. Desde entonces ese suceso es conocido en la localidad como la noche de los ochenta.
Han pasado muchos años, pero el suceso sigue estando presente en los descendientes de los que sufrieron aquel crimen. En la Transición, los conservadores impusieron como una de sus condiciones para aceptar en España una democracia, evidentemente desnaturalizada, el olvido de la terrible represión que padeció España. La cobardía de los líderes de la izquierda que aceptaron esas condiciones hizo el resto. Hoy los demócratas españoles seguimos luchando contra el olvido de esos crímenes y porque se le haga justicia a las víctimas. Por muchos años que pasen nunca olvidaremos. Es una obligación de la democracia y de la justicia, tan ausentes en España en estos tiempos.